¡Salvemos la atención primaria de salud!

La sanidad pública en España viene sufriendo un deterioro progresivo desde los últimos 10 años a partir de los recortes en los servicios públicos, derivados de las sucesivas crisis financieras.

Ello se ha traducido en graves dificultades de accesibilidad, con listas de espera y demoras intolerables en la obtención de citas, acompañadas de una sobrecarga extraordinaria de los profesionales. 

La pandemia por Covid-19 y sus graves consecuencias tensionaron aún más la situación, de modo que tanto la precariedad de medios humanos y materiales como la sobrecarga asistencial llegaron a límites difícilmente soportables. 

Y, sin embargo, como quedó patente a lo largo de estos tres años, el papel de la sanidad pública y la Atención Primaria de Salud como parte esencial de la misma, ha sido determinante para afrontar la grave crisis socio-sanitaria que supuso la pandemia.

La Atención Primaria de Salud (AP) es el primer nivel asistencial y la puerta de entrada al sistema sanitario, cuya gestión en España se realiza a través del Sistema Nacional de Salud (SNS), creado a partir de la Ley General de Sanidad de 1986, y estando transferidas sus competencias a las distintas comunidades autónomas, de acuerdo con la Constitución.

La Atención Primaria de Salud (AP)
es el primer nivel asistencial y la puerta
de entrada al sistema sanitario.
Resuelve el 90% de las consultas

Este nivel asistencial resuelve el 90% de las consultas, reduciendo considerablemente la utilización de otros niveles: tener un médico de familia o un pediatra de referencia en Atención Primaria aporta beneficios notables para la salud: permite una relación médico paciente eficaz reduce el uso de las urgencias, así como los ingresos hospitalarios y la mortalidad,

El modelo de atención universal desarrollado en nuestro país en los últimos 40 años ha contado con una valoración máxima por parte de los ciudadanos, siendo objeto de admiración por muchos países.

Lamentablemente, el grave deterioro de este modelo, en el momento actual, resulta especialmente preocupante en la Comunidad de Madrid, ya que, pese a ser la comunidad más rica, es la que dedica menor porcentaje del gasto sanitario y de PIB a Atención Primaria, con tendencia a la baja en los últimos años. Por ejemplo, el presupuesto aprobado para este año es de 10,74% (el mismo que para el año 2022), mientras que la media entre CCAA es del 14,93%. 

Desde todas las organizaciones científicas y profesionales se han venido reclamando mejoras desde hace años, sin que la Consejería de Sanidad les haya prestado atención.

Se estima que un millón de pacientes, entre ellos 200.000 niños, no tienen médico asignado, con un 20% de las consultas de médicos de familia sin cubrir y una pérdida de hasta 200 pediatras en Atención Primaria entre 2019 y 2021.

Todas estas circunstancias han dado lugar a un éxodo masivo de facultativos hacia otras comunidades, otros países, incluso otras especialidades, en busca de mejores salarios y unas condiciones laborales acordes con la responsabilidad que entraña el ejercicio de una medicina digna. Es significativo que del conjunto de residentes que cada año terminan la especialidad de medicina de familia o pediatría, menos de un 10% elijan quedarse en nuestra comunidad.

Se estima que un millón de pacientes,
entre ellos 200.000 niños, no tienen
médico asignado, con un 20% de
las consultas de adultos sin cubrir
y una pérdida de hasta 200 pediatras
en AP entre 2019 y 2021

Ante esta situación, la convocatoria de una huelga de médicos de familia y pediatras tiene como objetivo salvar la Atención Primaria de una situación límite. 

La reivindicación esencial de este conflicto es que se ponga en marcha un «plan de choque» para reflotar la situación de la Atención Primaria, consistente en:

  • Limitar la sobrecarga asistencial para garantizar una atención adecuada a cada paciente (al menos 10 minutos por paciente en medicina de familia y 15 minutos en pediatría), para lo cual es imprescindible limitar el número de pacientes por agenda y día.
  • Aumentar la remuneración para fidelizara y atraer al personal médico hacia la Atención Primaria en la Comunidad de Madrid.
  • Incentivar y hacer atractivos los puestos en los turnos de tarde, facilitando la conciliación familiar de los profesionales.

La Consejería de Sanidad ha adoptado una estrategia de confrontación directa contra los médicos, con ausencia de los principales responsables en las negociaciones. Llama la atención la diferencia con otras CCAA en donde, al menos, se están alcanzando acuerdos parciales.

Para finalizar, queremos llevar a la reflexión de la ciudadanía que la Atención Primaria, y con ella la sanidad pública no es un «asunto» que atañe solo a los médicos; por el contrario, se trata de una herramienta de justicia social y de protección de la salud de todos, porque todos somos pacientes.

Paz González, pediatra
Alejandra Rabanal, médico de familia
Mª Patrocinio Verde, médico de familia (jubilada)
Centro de Salud Barrio del Pilar

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